Descubre la historia de Tudela como nunca nadie antes la había contado.

El río Queiles atraviesa por el subsuelo la Plaza de Los Fueros de Tudela, Silbis es la Diosa más antigua de este río y se acuñaron monedas en las que aparecían cabezas de mujer y jinetes femeninos desnudos sin armas.

Existe una gran laguna en el interior del monte Moncayo y que sus aguas tienen poderes curativos. Tal es así que en el S.XIX a.C., el emperador Augusto recaló en Tarazona para curar sus heridas con las aguas sagradas del Queiles, las mismas que desembocan en nuestro Río Ebro, a su paso por nuestra ciudad.

Algunos dicen que el nombre de Tudela viene de la raíz celta touta (que significa pueblo). Otros afirman que viene directamente de la Diosa Latina ‘Tutela’, lo que podría suponer que algo habría que tutelar, guardar , proteger…
¿Qué tesoro guarda Tudela que tanto quisieron ocultar los Romanos?

Nuestra ciudad figura en el Arco de Triunfo de París. La Batalla de Tudela fue una de la más importantes en la contienda de la Guerra de la Independencia, pero lo que nadie os ha contado es que el amor y la pasión tuvieron mucho que ver en el devenir final de aquella histórica batalla.

La Puerta del juicio de la Catedral nos muestra, entre otras cosas, un infierno muy terrenal, donde algunos oficios y costumbres podían ser pecaminosos.

La tradición dice que aquellas parejas que vuelven dos años consecutivos a estar bajo la Puerta del Juicio deben besarse para ser felices.

En las casas de algunas tudelanas era muy natural oler el humo de los huesos de aceitunas y allí mismo se preparaban filtros de amor y conjuros. En las prácticas de preparativos de afrodisíacos eran muy habituales también el membrillo, la carne de liebre y el hinojo.